viernes, 30 de abril de 2010

Historia de Vida: Santiago



“Si queres ir al kiosco, me tenes que dar 25 centavos”. La misma escena se repetía todos los mañanas en el recreo de una escuela estatal de la localidad bonaerense de Merlo al que asistía Santiago. “Dale Santi, pagale los 25 así nos deja en paz”, le suplicaba su hermanito menor cuando el se negaba a darle las monedas. La ausencia de adultos controlando esta situación brillaba por su ausencia, como suele pasar en la mayoría de los recreos de las escuelas del país.

Para Santiago, un chico con Síndrome de Asperger de 13 años integrado en 6to grado de colegio normal, la falta de habilidades sociales provocó burlas de sus compañeros. La ausencia de una maestra integradora hacia que este hostigamiento sea más fácil. “No se puede hacer que un chico con Asperger entienda el sarcasmo, el doble sentido, las burlas. Es como pedirle a un ciego que vea o a un sordo que escuche. Ellos no pueden modificar su conducta y nada más, hay que entrenarlos y si es en grupo mejor todavía. Mientras tanto también necesitan ser cuidados”, afirma María Zyzman miembro de Libres de Bullying y fundadora de Bullyin Cero.
Los chicos con TGD o Asperger puede no reconoce la violencia verbal. La agresión se vuelve invisible cuando llega a lo físico y cuesta volver para atrás. Esta situación es posible cuando no hay un adulto responsable. Para Zysman es probable que el chico no entienda un chiste “pero que esto avance, que lo encierren en el baño, que le peguen, que le suban sus fotos a youtube, marca la ausencia de un mayor para frenar estas actitudes”.
Existen viejas pautas sociales donde las bromas y burlas hacia aquel que es diferente son moneda corriente y parte del folclore con el visto bueno de muchos docentes. Respecto a esto, Zyzman asevera: “El hecho de que sea frecuente no significa que sea normal. Que se haya transformado en algo común no significa que esté bien y tengamos que seguir mirando para el costado”.
Para que el bullying ocurra tienen que existir cuatro factores: un hostigador, un hostigado, un grupo que celebre esta conducta y un ambiente que lo favorezca. Zysman aclara que aprender habilidades sociales en la escuela con sus pares es mucho más rico que en un consultorio. Mientras más se conocen, son los propios compañeros quienes los protegen y no aceptan las burlas. La integración pasa por la cabeza de la gente y eso es lo que hay cambiar”, concluye Zysman.

Por Lorena Morena

2 comentarios:

Unknown dijo...

entiendo completamente, es decir yo aun con 24 años no entiendo ciertas bromas como en esas en que te ofenden y te dicen que es broma y todos se rien. Aun asi tengo novio, estudio en la universidad y a pesar que No me gusta perder el tiempo teniendo amigos porque tengo cosas mejores que hacer, dentro de lo posible llevo una vida normal ahora, es mas muchos no creen que sea autista y se asombran, por eso le digo que solo es cosa de tiempo.

10D dijo...

Una ausencia que brilla por su ausencia, debe encandilar muchísimo.

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